lunes, 17 de diciembre de 2012

LA UNIVERSIDAD EN EL SIGLO XXI


LA UNIVERSIDAD EN EL SIGLO XXI
Boaventura de Sousa Santos

Por: Felipe Pérez M.
Los constantes cambios sociales, establecen las nuevas demandas políticas, económicas, estrategias de interrelación entre  Estado y Sociedad;  pero las universidades generadores de recursos humanos, acordes a dichas exigencias, no siempre es pertinente. Por ello, en las universidades  influye fundamentalmente el desempeño docente, la línea del docente y los modelos de investigación de las universidades.
La  reforma de la universidad como bien público, no  será viable  si los principios que orientan, no están acompañados de dos decisiones políticas:
Ø  Regulación de la educación superior privada

Ø  Posición de los gobiernos frente al GATS en el campo de la educación transnacionalizada.

Algunas universidades privadas, tienen objetivos cooperativos y solidarios, no lucrativos;  pero la gran mayoría actual busca fines lucrativos. Las universidades privadas han podido estructurar sus propias estrategias de interrelación corporativa, aprovechándose de todo el conocimiento y formación producida por la universidad estatal pública.
Las universidades privadas han depredado con la capitulación de la transferencia de recursos de la universidad pública; en algunos países, donde el Estado asume complicidad de estos hechos. “Naturalmente, los adeptos al credo neoliberal exigirán igualdad entre el sector público y el sector privado” (Boaventura Sousa Santos).
Las universidades privadas delineadas con intereses empresariales lucrativas, siempre tendrán por objetivos mercantilizar la educación; por ello el estado debe regular, para reorientar los verdaderos propósitos de la educación, para el bien de la sociedad, acordes a las necesidades del Estado.
El estado como regulador, tendrá los mecanismos necesarios para intervenir pertinentemente en las decisiones finales; bajo el principio de que la universidad  como bien público, por lo que “compete al Estado fomentar la universidad pública y no le compete fomentar la universidad privada” (Boaventura Sousa Santos).
La universidad en siglo XXI, afronta amenazas externas; como bien público debe ser siempre vanguardia del conocimiento, acorde al avance  de ciencia y tecnología.

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